La construcción rompe la tendencia y empieza a crecer luego del derrumbe de 2016
Se estima que este año avanzará un 8%; en cuatro meses se recuperaron 19.293 puestos de trabajo en el sector que representa 8,5% del PBI y 7% del empleo formal.
Fue uno de los motores de la economía de la era kirchnerista, pero se estancó en los dos últimos años del mandato de Cristina Kirchner y se derrumbó durante el primero de gestión de Mauricio Macri. Ahora, el crudo invierno parece haber llegado a su fin. La construcción ha comenzado a mostrar leves signos de revitalización.
Entre ellos, la recuperación de 19.293 puestos de trabajo, que hacen prever un 2017 con un crecimiento de la actividad en torno del 8%, según los analistas consultados. Un 75% de ese repunte vendrá dado por la obra privada, y el 25% restante, por la obra pública.
El dato no es menor, si se tiene en cuenta que se habla de una actividad que representa un 8,5% del producto bruto interno local (en años buenos, puede llegar a 11,5%), es responsable hoy de 7% del empleo asalariado formal en la Argentina del sector privado (hoy hay 6.197.131 puestos) y contrata (entre formales e informales) a 700.000 trabajadores.
Pero hay una característica más que hace clave a este sector: es un termómetro de lo que sucederá meses después con el resto de la economía. Una especie de “espejo que adelanta” lo que ocurrirá en el resto de los sectores. Por lo tanto, el pronóstico de un crecimiento de 8% cobra relevancia en el escenario general.
“Luego de cuatro años de estancamiento, con leves vaivenes, este año comenzará a repuntar la construcción, tanto privada como pública”, afirma Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de la consultora Orlando J. Ferreres.
Dante Sica, director de la consultora Abeceb, dice que un punto interesante es cuánto puede impactar la obra pública en el crecimiento de la construcción. “En principio, si la obra pública crece un 15% real este año (un 40% nominal), tendría un efecto dinamizador que explicaría un 1% de crecimiento del PBI”, estima el economista.
No obstante, según Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), la activación de la inversión privada en construcciones será vital para el sector. “Ésta representa 75% de la inversión total y genera, por tanto, una gran proporción de la actividad y del empleo”, precisa el directivo.
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Por el lado de la inversión, según precisa Marina Dal Poggetto, economista del Estudio Bein, la construcción representa más de la mitad (61%) del total en el país. “De los 15,8 puntos de inversión total que hubo en 2015 [último dato conocido] , 9 corresponden a esta actividad”, remarca.
Entre los indicios que dejan entrever una luz de esperanza están el crecimiento del empleo, que lleva cuatro meses consecutivos, el aumento de los despachos de cemento y asfalto, y la estimación de los empresarios que trabajan en el sector y que son más optimistas que en meses pasados.
Según el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric), la ocupación sectorial mantuvo su tendencia al alza en noviembre de 2016. La cantidad de puestos de trabajo registrados en la industria de la construcción durante el anteúltimo mes del año fue de 384.369, marcando un alza del 1,9% respecto a octubre y la más importante desde marzo de 2015.
“El empleo registrado completó así su cuarto mes consecutivo de expansión, exhibiendo una marcada aceleración en el ritmo de incremento en relación a la verificada en septiembre y octubre. De esta forma, el sector creó 7288 puestos formales en noviembre [último dato conocido] y acumula un total de 19.293 nuevos puestos en los últimos cuatro meses”, señala el informe de Ieric.
El salario promedio percibido en el mes de noviembre por los trabajadores registrados en la industria de la construcción fue de $ 13.481, monto que representa un alza del 40,6% interanual, según Ieric. “La cantidad de trabajadores registrados del sector que entre los meses de enero y noviembre de 2016 percibieron en promedio remuneraciones por sobre los $ 16.000 fue un 69,6% superior a la verificada en igual período de 2015”, detalla un informe del instituto sectorial.
Según información del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), noviembre y diciembre mostraron algunos datos positivos. Por ejemplo, la producción de asfalto (un insumo fuertemente vinculado a la obra pública) reflejó en diciembre un alza de 63% respecto de igual período de 2015. En noviembre la variación había sido de 55% interanual. También los despachos de cemento crecieron, aunque en forma más moderada (2% y 1% respectivamente). Lo cierto, en este último caso, es que la mejora de los últimos meses no alcanzó para evitar que 2016 haya terminado con la mayor caída anual desde 2002, superando así la merma de 2012, que desde entonces había sido la más pronunciada.
La obra pública pone primera
Algo que hace esperanzar con una mejora en la actividad es la obra pública. Su ejecución, demorada en 2016 por la revisión de contratos, comenzó a repuntar en diciembre, siendo la de ese mes la mayor del año. Según datos de la Secretaría de Transformación Productiva, creció un 35% con respecto al mes anterior. “El 18% del monto total ejecutado corresponde a transporte; el 18%, a educación y cultura; el 13%, a energía, combustibles y minería, y el 9,5%, a vivienda y urbanismo. El resto de las funciones concentra el 41% del monto ejecutado en el mes”, explicaron desde esa cartera.
Según estimaciones de la mencionada secretaría, con la que coinciden las consultoras privadas entrevistadas, la construcción crecería en torno al 8% en 2017. La reactivación de la obra pública y de las obras privadas -financiadas en parte con fondos públicos y destinadas a viviendas, obras viales y pavimentación-, así como el impulso del blanqueo, mejorarían la dinámica y el empleo del sector.
En tanto, IES (Investigaciones Económicas Sectoriales) expone también su optimismo. “Las expectativas para 2017 son positivas teniendo en cuenta que se espera un contexto económico favorable, en el cual la obra pública será el actor principal por tratarse de un año electoral, porque se proyecta un incremento del 43% de los fondos destinados en el presupuesto”, dicen en la consultora.
Dal Poggetto, por su parte, comenta que la obra pública arrancó fuerte en el último bimestre de 2016, sobre todo en diciembre, y es esperable que lo que está puesto en el presupuesto se ejecute. “El segundo factor es la obra privada, que estuvo frenada en 2016 por el alza de los costos. La apuesta es que el mercado inmobiliario se siga reactivando, sobre todo de la mano del blanqueo y el inicio de los créditos indexados”, acota.
Otro elemento fundamental que atraviesa todos los segmentos es el blanqueo de capitales, el cual, dependiendo de su éxito, puede aportar un flujo importante de dinero, ya sea en la construcción como en el mercado inmobiliario.
Weiss considera que la unificación del mercado de cambios y la liberalización de las transferencias ya ha tenido efectos positivos sobre el mercado inmobiliario. El número de escrituras mostró, de hecho, un crecimiento del 17,6% interanual en la ciudad de Buenos Aires. “Si bien muchas de ellas involucran inmuebles usados, el movimiento en el mercado repercutirá, en poco tiempo, en una activación del mercado de inmuebles a estrenar y en el inicio de nuevas obras -explica el directivo-. Constituye un indicador anticipado de esta tendencia el incremento interanual del 52,6% de la superficie de los permisos de obra presentados en la Ciudad”.
Otro hito normativo importante es la reciente ley de Participación Público Privada para la concreción de inversiones en vivienda, infraestructura social y para la producción. Este esquema, de creciente incidencia en todo el mundo, debería comenzar a dar frutos durante este año.
En lo que hace a la inversión privada, se estima que tendrá su relevancia la llamada ley Cobos, que permite el desarrollo de créditos hipotecarios nominados en unidades de cuenta llamadas UVI, que tienen un valor que se va ajustando por la inflación (y, por tanto, también se ajustan las cuotas). Esta herramienta, probada en muchos países, tiene también su contracara que es la posibilidad de ahorrar en esas unidades de cuenta. Y como las cuotas tienen un valor inicial más bajo que el crédito tradicional, se cree que es una herramienta que facilitará el acceso al crédito de nuevas capas de los sectores medios de la población.
Leonardo Rodríguez Nader, CEO de la desarrolladora CMNV, comenta que 2017 va a ser una año de repunte, con más obras en Capital Federal y en la provincia de Buenos Aires. “Es muy importante que se reactive el crédito hipotecario, porque es la única manera de poder validar los precios actuales. En los últimos seis años no hubo mercado”, analiza.
Hacia el futuro, los resultados de la encuesta cualitativa de la construcción, realizada por el Indec a grandes empresas del sector en diciembre de 2016, muestran expectativas favorables con respecto al nivel de actividad esperado para este trimestre. El 31,8% de las empresas que hacen obras privadas prevé que el nivel de actividad aumentará en los próximos tres meses (en la medición de noviembre de 2015, es decir un año antes, esa respuesta fue dada por sólo el 3,8%). Los que estimaron un mayor nivel de actividad la atribuyeron a los nuevos planes de obras públicas (27,4%), al crecimiento de la actividad económica (26,2%) y al reinicio de obras públicas (25%), entre otras cuestiones.
En obra pública, el 44% de las firmas opinó que la actividad aumentará (en noviembre de 2015 ese porcentaje había sido de 10,6%). Se atribuyó el incremento a nuevos planes de obras públicas (35,3%), al reinicio de obras públicas (27,1%) y al crecimiento de la actividad económica (19,6%), entre otras razones.
Los datos hacen prever que, luego de años de estancamiento y caída, la construcción finalmente levantará cabeza. Según destaca Sica, el sector tiene una volatilidad muy superior a la del ciclo económico general. “En los períodos recesivos (como el de 2016), la caída en la construcción suele tomar la forma de un desplome, en tanto que en la fase de recuperación del ciclo las tasas de crecimiento registradas por el sector suelen ser elevadas”, concluye.
Fuente: La Nación